La erosión del suelo es causada como consecuencia de efectos naturales como lluvia o viento, así como por intervención humana como la deforestación, afectando negativamente la composición del terreno, lo que lleva a afectaciones principalmente en terrenos con pendientes.

El control de erosión lleva como principal objetivo mitigar estos efectos adversos ayudando a la contención del macizo, paro lo que se pueden emplear diferentes tipos de geosintéticos, para ello podemos utilizar diversos medios como la retención de materiales mediante geoceldas, la aplicación de una capa de protección que ayuda a la revegetación natural como una geomanta temporal o geomanta permanente ya que éstas actúan como barrera física evitando la pérdida del terreno y facilitando la retención de agua, lo que ayudan a que la vegetación crezca y sea ésta quien consolide el terreno, en el caso de las barreras permanentes ésta continuará actuando como barrera física mientras que la barrera temporal, una vez culminado su ciclo de vida, funcionará como abono al estrato natural.

Sintéticos tridimensionales que ayudan al crecimiento y a mantener la vegetación sobre la superficie. En otros casos, los geosintéticos pueden ser una solución permanente sin vegetación, sustituyendo técnicas tradicionales como el concreto lanzado por materiales de manejo más sencillo, que requieren menos equipo y que son más rápidos de colocar.

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